La labor en torno a los perezosos se desarrolló desde el año 1996, a través de las acciones ejecutadas por el proyecto Unau y la fundación Unau. Unau se transforma en AIUNAU en 2010, con la misma esencia y compromiso hacia la conservación de la vida silvestre, los Xenarthra en particular.
Hemos extendido nuestras experiencias a otros grupos vulnerables, como los primates, deseando contribuir en la recuperación de animales confiscados que no tienen destino final específico, y promoviendo la conservación de los ecosistemas en donde habitan los mismos.
Nos guían los principios de la conservación con compasión, donde la biología de la conservación y el bienestar animal apoyan uno al otro, donde cada individuo cuenta.